Durante el mes de marzo el Ejecutivo dio a conocer la forma en que espera continuar la tramitación del Proyecto de Educación Superior. Recogiendo particularmente las inquietudes del mundo universitario, éste será dividido en uno exclusivo para las universidades estatales y otro como una versión reducida del proyecto original, dejando algunos temas a normativas posteriores.
Este énfasis quedó también de manifiesto el pasado 31 de marzo, cuando la Ministra de Educación y el Ministro de la Secretaría General de la Presidencia se reunieron con representantes del CRUCH y del G9, quienes manifestaron sentirse escuchados y optimistas frente a las indicaciones ingresadas al proyecto.
El mismo día, la mesa directiva del Consejo de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica Acreditados, Vertebral, fue recibida por el jefe de la Reforma. Lamentablemente, a diferencia de lo que sucedió en la reunión con el CRUCH, no recibimos noticias auspiciosas para nuestro sector.
En numerosas oportunidades hemos dicho que el proyecto original sólo realiza una declaración de intenciones de conformar un subsistema técnico-profesional, siendo muy débil en sus medidas concretas. Por mencionar sólo algunas: la necesidad de proyectar un sistema de acreditación que reconozca las particularidades del sector técnico-profesional; el trato tributario igualitario entre universidades e IP y CFT sin fines de lucro, y el diseño de un sistema de financiamiento que no discrimine entre alumnos de acuerdo a las instituciones que eligen, siendo todas acreditadas por el mismo Estado. Ninguno de estos puntos ha sido incorporado en el proyecto.
Por otra parte, vemos con preocupación que el proyecto insiste en proponer que el Mineduc cumpla un rol activo en la definición de la oferta educativa, comprometiendo la autonomía de las instituciones y su capacidad para responder de forma innovadora y oportuna a las cambiantes necesidades del sector productivo.
La institucionalidad vigente y el proyecto de reforma no reconocen el profundo cambio estructural que ha tenido la educación superior en Chile, donde más de la mitad de los estudiantes hoy prefiere ingresar a la Educación Superior Técnico Profesional (ESTP). Destacar sólo el rol de algunas universidades en las indicaciones del proyecto de reforma lo convierte en un proyecto universitario y no en uno integral de la Educación Superior en Chile.