La agrupación, junto a otras 13 organizaciones de O’Higgins, es reconocida como Punto de Cultura Comunitaria y recibe asesoramiento y acompañamiento en su plan de gestión.
En la carpa La Soberana y con funciones gratuitas para todas las edades, el Circo Social Quetralmahue celebró el noveno Festival del Mes del Circo, actividad que se enmarca en el Programa Puntos de Cultura Comunitaria, que ejecuta el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio con el apoyo de la Universidad de O’Higgins, UOH.
La productora de la agrupación, Paz Azócar define a Circo Social Quetralmahue como un sueño que comenzó detectando la necesidad artística en la población, mezclando teatro y circo con la implementación de batucadas y luego incorporando disciplinas de circo. “Somos una agrupación que tiene un mundo de actividades como programación, educación y formación de las artes circenses”.
En su búsqueda constante de conectarse con las audiencias, a través del Programa Puntos de Cultura Comunitaria se han implementado “talleres en la Escuela del Naranjal, con la cual hemos hecho una alianza, donde se hacen talleres de coro, talleres de circo para la niñez, aéreo. Y también desde el año pasado hemos integrado el taller de circomotricidad, que lo estamos trabajando en conjunto con una agrupación de tercera edad. Este año vamos a hacer creación con todos los talleres, que es Circo Cordillerano, una función muy bonita, porque la crean todos los estudiantes de los talleres”, explicó Paz Azócar.
De los diez años de trayectoria que tiene Circo Social Quetralmahue, el coordinador de operaciones Ronald Liberona, resaltó que “tenemos un abanico de posibilidades, porque trabajamos con distintos enfoques”.
El enfoque de formación se basa en que “tenemos la escuela de circo, que ya lleva su tercera generación, para artistas de circo de la región, para que se profesionalicen. Tiene una carga horaria similar a un diplomado, y con distintos módulos o ramos, que se imparten y que tienen contenidos bien transversales en relación con las artes escénicas, porque no solo es circo, sino que también tiene teatro, danza”.
También está el enfoque social. “El circo social se trata de ocupar el circo como un medio de intervención, ahora estamos interviniendo un colegio cercano, que es la localidad de Naranjal, una población que tiene alta tasa de vulnerabilidad de la infancia. También trabajamos con la vinculación con la comunidad, tenemos talleres comunitarios, un programa que se llama Carpa Abierta que incorpora talleres de circo, de coro, de movilidad para adultos mayores, disciplinas aéreas y trabajo con infancias”.
Proveer seguridad para los intérpretes es la misión de David González, encargado de Seguridad Aérea del Circo Quetralmahue. “El término en el oficio de mi trabajo es rigger y básicamente me encargo de la seguridad de las destrezas que se realizan sobre un metro ochenta de altura, según lo contempla la Norma Chilena de trabajo en altura”, incluyendo el izaje de la carpa.
“En el circo nosotros trabajamos con el riesgo, pero trabajar con riesgo no significa que uno tenga que exponerse a él, por el contrario, nosotros tratamos de disminuir los riesgos al mínimo posible, y para eso se necesita formación, conocimiento”, explicó.
El seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Cristo Cucumides Litin, sostuvo que “para nosotros es sumamente importante el trabajo que realiza el equipo de Circo Quetralmahue con las comunidades y el compromiso que reflejan en cada una de las actividades que desarrollan, a través de la pedagogía y la formación de públicos, y precisamente es eso lo que queremos potenciar por medio del programa Puntos de Cultura Comunitaria que impulsamos en la región con apoyo de la Universidad de O’Higgins, que no solo se fortalezca la organización, sino que también se dinamicen las redes y el tejido social”.
Por su parte, la directora de la Dirección de Cultura, Patrimonio y Extensión de la UOH, Clemencia González Tugas, destacó que desde la academia se han puesto a disposición de la organizaciones profesores y académicos para brindar un acompañamiento integral. “Estamos trabajando en fortalecer el intercambio de conocimientos, experiencias y recursos, junto con el fomento de colaboraciones académicas que puedan robustecer los PCC y la vida cultural de la Universidad”.
