El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Rancagua condenó a Marcos Rodrigo Fernández Guerra a la pena de 5 años y un día de presidio efectivo, accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena; más el pago de una multa de 5 UTM, en calidad de autor del delito consumado de tráfico de drogas. Ilícito perpetrado en julio del año pasado, en la comuna de Coltauco.
En fallo unánime (causa rol 511-2024), el tribunal –integrado por el juez Hernán González Muñoz (presidente) y las magistradas Fadua Salas Eljatib y María-Esperanza Franichevic’ Pedrals (redactora)– dio por acreditado, más allá de toda duda razonable, que el 4 de julio de 2023, la PDI recibió una denuncia de vecinos del sector de Lo Ulloa de la comuna de Coltauco, que daba cuenta que los moradores de una casa ubicada en la avenida La Paz, se dedicaban a la venta de drogas ilícitas.
La resolución agrega que: “Debido a lo anterior, con fecha 05 de julio de 2023, se autorizó por el Ministerio Público que funcionarios de la PDI realizaran diligencias de investigación y utilizaran la técnica del agente revelador. Así, el día 05 de julio del año 2023, el agente revelador concurrió al domicilio señalado, donde hizo entrega de la suma de $2.000 en dinero en efectivo y le fue vendido, por un sujeto que luego fue individualizado como el acusado MARCOS RODRIGO FERNÁNDEZ GUERRA, dos contenedores de papel cuadriculado que contenían una sustancia en polvo, la cual fue sometida a la prueba de campo y dio coloración positiva a la presencia de cocaína, arrojando un peso de 0,56 gramos”.
“(…) conforme a lo anterior, el día 06 de julio de 2023, alrededor las 10:05 horas, funcionarios de la PDI, previa autorización judicial, ingresaron y registraron el domicilio ubicado en Av. La Paz s/n, comuna de Coltauco, encontrando en su interior al acusado don MARCOS RODRIGO FERNÁNDEZ GUERRA, quien guardaba para su comercialización, entre unas sábanas que estaban al interior de un ropero ubicado en su dormitorio, una bolsa que contenía 10 bolsas de plástico transparentes, contenedoras de cocaína clorhidrato, que arrojaron un peso de 817,29 gramos. También, en el dormitorio principal, mantenía la suma de $110.000, el que era producto de las ventas de drogas ilícitas. Además, sobre un mueble ubicado en la cocina, mantenía una balanza digital restos de cocaína”, añade.
Una vez que el fallo quede ejecutoriado, el tribunal dispuso que se proceda a la toma de muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella genética e inclusión en el registro nacional de ADN de condenados. Además, se ordenó el comiso de la droga y del dinero incautados en el procedimiento, monto que deberá ser ingresada al fondo especial del Servicio Nacional destinado a la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol.