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Cada 17 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hipertensión a modo de recordar la importancia de trabajar en la sensibilización, prevención y control de la presión arterial elevada, con el fin de prevenir muertes por enfermedades cardiovasculares. La prevención y el control de las enfermedades cardiovasculares tienen un papel destacado en las metas e indicadores acordados por la Asamblea Mundial de la Salud y por la OMS en la Prevención y Control de las Enfermedades no Transmisibles (ENT) y sus factores de riesgo.

La Hipertensión Arterial (HTA) corresponde a la elevación persistente de la presión arterial sobre límites normales, tras controles realizados al menos tres veces, en diferentes días y horarios.  La mantención prolongada y permanente de la presión arterial elevada causa gran daño a los vasos sanguíneos, principalmente arterias de grandes órganos como el corazón, cerebro y riñón, teniendo una muy estrecha relación con el desarrollo de Enfermedad Cardiovasculares (ECV) como infarto agudo del miocardio (IAM), insuficiencia renal o enfermedad arterial periférica.

Por tanto, la importancia de la hipertensión arterial como problema de salud pública está en su rol sobre la morbimortalidad cardiovascular, en causar tanto enfermedades como muertes. En Chile, la primera causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares, seguida de enfermedad cerebro vascular.

La hipertensión en una gran porcentaje de personas no tiene síntomas, esto hace importante realizar un control de presión arterial al menos una vez al año. De todas maneras, existe evidencia de que en crisis hipertensivas las personas pueden presentar: epistaxis (sangrado de nariz), tinnitus (zumbido de oídos), cefalea (dolor de cabeza) y mareos.

La hipertensión aumenta el riesgo cardiovascular asociado a otros factores presentes en el individuo, como diabetes, obesidad, tabaquismo, colesterol elevado y sedentarismo. Su tratamiento tendrá su enfoque en los cuidados, en la prevención de los factores anteriormente nombrados y en lograr un control de la presión arterial, con una selección adecuada de fármacos antihipertensivos, entregados por un médico especialista.

Los cambios en el estilo de vida serán un factor clave como parte de su tratamiento, Recomendamos:

  • Dieta cardioprotectora: alimentación saludable, baja en calorías en personas con sobrepeso, reducción de la ingesta de sal (saque el salero de la mesa) y restricción de alimentos embutidos.
  • Ejercicio regular: ejercicios aeróbicos (caminata rápida, trote o bicicleta) durante 30 a 60 minutos, 3 a 5 veces a la semana.
  • Reducir consumo de alcohol.
  • Escrito por:

    Marcela Ragni Vargas

    Jefa de Carrera de Técnico en Enfermería Nivel Superior (TENS)

    IP-CFT Santo Tomás Rancagua

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