La Unidad de Pacientes Críticos del hospital obtuvo la certificación internacional HUCI-AENOR en buenas prácticas de humanización, alcanzando el nivel “Excelente”.

El Hospital Dr. Franco Ravera Zunino (HFRZ) ha alcanzado un hito sin precedentes en el sistema de salud público chileno al recibir la certificación internacional HUCI-AENOR en buenas prácticas de humanización de cuidados intensivos. Este reconocimiento, avalado por la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (SOCHIMI), posiciona a la institución como un referente en el cuidado centrado en las personas, destacándose tanto a nivel nacional como internacional.

“La certificación refleja compromiso, dedicación y excelencia en la atención sanitaria, colocando a esta unidad como un modelo a seguir para el resto del país y más allá. Es un claro ejemplo del impacto positivo que tiene humanizar los cuidados intensivos en los pacientes, sus familias y los equipos de salud”, afirmó la Dra. Carolina Ruiz, presidenta de SOCHIMI.

Un modelo transformador en el cuidado intensivo

La certificación se logró mediante la implementación de 160 buenas prácticas en Cuidado humanizado establecidas por el Proyecto HU-CI (Humanizando los Cuidados Intensivos), un movimiento global enfocado en la dignidad de pacientes, familias y profesionales.

“Este reconocimiento evidencia el compromiso de nuestro hospital con un modelo de atención que prioriza la dignidad, el respeto y el bienestar emocional de los pacientes y sus familias”, señaló Alis Catalán, directora del HFRZ. “Estamos convencidos de que esta es la forma en que debe entregarse la salud y seguiremos avanzando en esa dirección”.

Entre las prácticas clave implementadas durante el proceso de certificación destacan:

  • Ampliación de horarios para el acompañamiento familiar.
  • Sesiones de musicoterapia en la UCI.
  • Protocolos innovadores para prevenir, diagnosticar y manejar el delirium.
  • Apoyo psicológico integral a pacientes y familias.
  • Creación de la “Escuela de Familiares” y grupos de autoayuda para expacientes.

“El cuidado humanizado tiene un impacto directo en la recuperación del paciente, reduce complicaciones post-UCI y transforma la atención sanitaria en una experiencia más cálida y significativa”, afirmó el Dr. Víctor Vásquez, jefe de la Unidad de Pacientes Críticos.

Reconocimiento internacional

José Antonio Muñoz, gerente de AENOR para Cono Sur, subrayó la importancia del logro: “Esta certificación respalda el compromiso de esta entidad con la humanización en la prestación de los servicios asistenciales en cuidados intensivos, convirtiéndose en la primera entidad pública a nivel nacional en recibir este reconocimiento”. A lo anterior, añadió que “la sociedad demanda a las organizaciones compromisos con aquellas cuestiones que verdaderamente la preocupan y el certificado que entregamos es buen ejemplo de ello. Además, contribuye a generar confianza entre pacientes, familiares y los propios profesionales”.

Por su parte, el Dr. Gabriel Heras, director del Proyecto HU-CI, destacó: “La certificación es un reconocimiento expreso sobre un cambio en la manera de trabajar y una filosofía tangible hacia una realidad que pone el foco en las personas. Esta UPC ha demostrado que el proceso también se puede llevar a cabo en una entidad pública, lo que celebramos con mucha satisfacción. Ha de ser un referente para expandir la humanización en otras terapias intensivas chilenas y de toda Latinoamérica”.

El impacto de la certificación también ha sido reconocido por los propios usuarios del sistema, como expresó una familiar de un paciente atendido en la unidad: “La atención humanizada marcó la diferencia en un momento tan difícil. Sentí que no solo cuidaban de mi padre, sino también de nosotros como familia”.

Un legado de inspiración y cambio

Con este logro, el Hospital Dr. Franco Ravera Zunino no solo reafirma su compromiso con la excelencia sanitaria, sino que también lidera un cambio cultural en la atención médica en América Latina. Esta certificación es un llamado a otras instituciones a seguir este camino, demostrando que la humanización no es solo una meta, sino una responsabilidad compartida.

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