Chile es un país extremadamente centralista. Todas las decisiones realmente importantes pasan por el poder ejecutivo a nivel central. Los Intendentes –máxima autoridad en las regiones- son meros funcionarios públicos nombrados por el Presidente de la República, por tanto solo a él rinden cuenta, no a la ciudadanía de la región que lideran.
Este pecado de origen ha impedido que las regiones -incluida nuestra querida Región de O´Higgins- puedan tener un desarrollo acorde a las características productivas, sociales y culturales propias de su identidad.
Durante el presente gobierno en nuestra región han pasado 4 Intendentes (incluyendo una subrogante), en poco más de tres años. Esto da cuenta no solo de una captura de la institución por parte de los poderes políticos y parlamentarios, sino que además deja a la figura de la primera autoridad regional susceptible a los vaivenes de la contingencia política, reduciendo al mínimo las posibilidades de estabilidad, continuidad y, en definitiva, de establecer un proyecto de desarrollo regional de largo plazo, que sea pertinente a las realidades locales. En consecuencia, se coartan las opciones de mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas de nuestras comunas en forma real y efectiva.
Nuestro gobierno, encabezado por la Presidenta Michelle Bachelet, se propuso impulsar una agenda de descentralización cuyo eje central es precisamente trasferir mayores grados de poder y autonomía a las regiones, desde el punto de vista de la representación política y también desde la trasferencia de competencias y recursos adecuados para ello.
¡El compromiso fue elección de Intendentes el año 2017!
Más de tres años después, a meses de terminar el actual gobierno y pese a la voluntad política del Poder Ejecutivo, los Parlamentarios han sido incapaces de lograr un acuerdo para sacar adelante la agenda de descentralización para que sea la ciudadanía la que elija –este año- a la máxima autoridad regional. En un triste escenario público algunos de nuestros honorables aducen por los medios de comunicación que no hay tiempo, que se deje la tarea al próximo gobierno, que las propuestas son insuficientes respecto de la transferencia de competencias para el nuevo cargo de Gobernador Regional -que pasaría a reemplazar al actual Intendente- o bien se excusan en que se generaría una contradicción entre el nuevo Gobernador Regional electo por la ciudadanía y el Delegado Presidencial que seguiría siendo designado por el Presidente de la República.
Comparto sus inquietudes, queremos elección popular de la primera autoridad regional y que tenga las atribuciones y recursos necesarios para gobernar y dirigir los destinos de la región en forma autónoma e idealmente sin contrapesos políticos. Sin embargo, me parece impresentable que muestren un mínimo de preocupación a meses de la elección y de terminar el actual gobierno, cuando tuvieron más de tres años para lograr los acuerdos políticos necesarios para aprobar una reforma en óptimas condiciones. Me pregunto:
¿No será que nunca existió una real voluntad política de algunos parlamentarios?
¿No será que temen una pérdida de sus cuotas de poder?
¿No será que les incomoda una mayor competencia política en las regiones?
Estas son preguntas que la ciudadanía –cada vez más informada y opinante- irá respondiendo por sí misma a medida que se acerque la fecha de la elección y del fin de nuestro gobierno. Algunos ya se han declarado abiertamente partidarios de que la elección de Gobernadores Regionales sea este año, como la Bancada de Diputados de la Democracia Cristiana. Otros se han ubicado en la posición de introducir cambios a la propuesta del gobierno y establecer una mesa de trabajo, pero sin asegurar que sea este año, como es el caso de los parlamentarios del PPD, el PS, el PR y el PC.
Durante los últimos días los Partidos de la Nueva Mayoría -sin haber logrado aún consenso respecto a las atribuciones y traspaso de competencias-, han acordado un pacto electoral para tener candidatos en lista única en caso de que la elección sea este año. La señal para la ciudadanía es clara, una vez más los cálculos electorales están primero y los reales intereses de la ciudadanía se postergan.
En cualquier caso, los acuerdos tienen que alcanzarse a la brevedad y la elección de la primera autoridad regional debe ser este año 2017, tal como se comprometió por nuestro gobierno.
Si se impide a la ciudadanía elegir Gobernadores Regionales este año o si este no cuenta –en definitiva- con las atribuciones y recursos suficientes será responsabilidad exclusivamente de nuestros Parlamentarios y serán ellos los que deberán responder a la ciudadanía de nuestra querida Región de O´Higgins.
AÑOS EN LA POLITICA Y AHORA SE DIO CUENTA???
ME PARECE IRRISORIO.
PORQUE TANTA PREOCUPACION AHORA.
USTED EN QUE APORTARA ???