Pocos temas ambientales han emergido con tanta fuerza en el último tiempo que el problema del Cambio Climático. En el mundo globalizado en que nos hallamos inmersos y con acceso inmediato a información, los grandes avances de la ciencia y la preocupación permanente de la comunidad científica son velozmente diseminados, impactando a todos los miembros de nuestra sociedad. Puesto que nuestra experiencia habitual nos enseña que el clima afecta, virtualmente a todos los sistemas; inmediatamente después de cada reporte científico comenzamos a preguntar sobre los alcances que tiene el potencial Cambio Climático y el diseño de mecanismos y políticas eficientes que permitan lidiar con este problema.
El calentamiento global no sólo está haciendo que se derritan los glaciares, sino también que cambien los ecosistemas, incluyendo a la flora y fauna donde la amenaza es aún mayor para las especies en peligro de extinción. Asimismo pone en peligro la cadena de alimentación humana en todo el mundo, y alertando que uno de los principales riesgos del cambio climático es la falta de preparación para sus consecuencias. «En muchos casos no estamos preparados para hacer frente a los riesgos del cambio climático. Las inversiones en una mejor preparación pueden reportar dividendos tanto para el presente como para el futuro».
-Unión Europea-América Latina, acción conjunta contra el cambio climático
Un país desarrollado como Alemania es cada vez más tormentoso. La cantidad de tormentas, lluvias, inundaciones y catástrofes naturales se ha triplicado en Alemania desde los años 1970 a la fecha, sentencia un estudio presentado durante un congreso de extremos climáticos que tuvo lugar en Hamburgo, Alemania.
-Efectos desde el trópico a los polos
Según los informes emitidos por instituciones estudiosas de dichos fenómenos, se están registrando acciones de adaptación para reducir los riesgos del cambio climático, pero que se están centrando más en los hechos pasados que en el futuro. Los expertos advirtieron que los efectos del cambio se están sintiendo desde el trópico a los polos y tanto en pequeñas islas como grandes continentes, en los países más ricos y en los más pobres.
El informe concluye en que la gente, las sociedades y los ecosistemas son vulnerables a lo largo del mundo, pero con diferentes grados de vulnerabilidad en los distintos lugares. El cambio climático interactúa en muchas ocasiones con otras situaciones de estrés aumentando el riesgo.
En la primera parte del informe, que el IPCC ya presentó en Septiembre de 2013, habiendo pasado ya cuatro años, los resultados que arrojan los estudios realizados son muy alarmantes: el nivel del mar aumenta cada vez con mayor rapidez, las temperaturas suben década tras década, y los océanos se vuelven ácidos. La primera parte del informe ya dejó bien claro que necesitamos implementar sistemas de adaptación para todos los casos. Cabe consignar que siempre en estas situaciones límites, las personas más pobres son los más afectados.
La segunda parte del informe pone mucho énfasis sobre todo en grupos sociales, como los nómadas o los agricultores en África. No basta con observar el cambio en el clima, también hay que ver la sociedad a la que afecta.
El informe señala que la política de adaptación en Europa se ha desarrollado a todos los niveles gubernamentales. Se ha planificado integrar la adaptación en la gestión de costas y en la protección medioambiental y rural, así como en la gestión de riesgo de catástrofes.
En América Central y del Sur se está dando una adaptación basada en los ecosistemas que incluye áreas protegidas, acuerdos de conservación y gestión local de áreas naturales. En vista del calentamiento global, en 1988 se creó el IPCC, que hasta la fecha ha publicado cuatro grandes informes.
La tercera parte del nuevo informe climático se ocupa de vías con las que frenar el calentamiento global. Esta organización perteneciente a la ONU y cuya sede está en Ginebra obtuvo en 2007 el premio Nobel de la Paz por su lucha contra el cambio climático.
Según organismos nacionales e internacionales que hacen un permanente seguimiento al cambio climático, el panorama se presenta cada día más desolador y las medidas de contingencia no se ven por ninguna parte. Dada la gravedad, las medidas necesarias a tomar, deben ser una política de Estado, más no de un gobierno en particular. De nada nos sirve que en medio de una emergencia se dicten decretos o resoluciones, si pasadas las catástrofes con lamentables saldos de damnificados y pérdidas incalculables, nos olvidamos del tema y sigamos en una lata interminable.
La burocracia arrogante y altanera del nivel ministerial, entidad a quien le corresponde adoptar las medidas pertinentes, fuera de que de esto no entienden a la luz de los hechos, están más dedicados a la campaña electoral de presidente y parlamentarios venidera, que a cumplir con esta misión tan delicada, como es la de mitigar los efectos de los fenómenos climáticos devastadores recientemente ocurridos. El cambio climático tiene ya consecuencias graves en todos los continentes y los océanos, pero la situación empeorará si no se actúa en breve.
Una de las cosas que tenemos que entender es la importancia de la adaptación y de las posibilidades de mitigar» los efectos, «porque ésa será la única vía con la que tal vez consigamos reducir los riesgos del cambio climático. Resulta más que evidente que la única forma de frenar el calentamiento global, dice relación con una toma de conciencia universal, en especial en las sociedades más industrializadas, y junto a un cambio radical de nuestras formas de vida, en especial en todos los procesos productivos en que participan los combustibles fósiles, y solucionar este problema no va a resultar tarea fácil. Básicamente porque requiere un cambio en profundidad del actual modelo energético y no parece que éste se encuentre en la coyuntura más adecuada para afrontar transformaciones drásticas; aunque paralelamente se están desarrollando proyectos de producción de energías limpias como la energía eólica, la energía nuclear de fusión, y la energía solar, pero que aún se hallan en una etapa de desarrollo insuficiente, sin perjuicio que sean las indicadas para plantear un nuevo modelo energético, conjuntamente con el manejo más eficiente que se pueda de la superficie forestal existente, ya que día a día la relación de bosque existente con el explotado se dispara, puesto que ni al menos se reforesta la superficie explotada y siniestrada por los grandes incendios
Sin perjuicio de lo delicado de la situación y sin pretender emitir un juicio apocalíptico, como sociedad estamos llamados a tomar conciencia y cambiar nuestro modo de vida, lo que por cierto que no es fácil, pero no hay otro camino posible, puesto que la severidad del Cambio Climático está estrechamente ligada a las emisiones de carbono, el curso que ellas tomen en los próximos años va a ser, en último término, el elemento de mayor influencia en el equilibrio del sistema planetario del futuro.
S.A.Y.S.A.L.D.L.A.