Este25 de enero de 2021 se cumplen ocho años del fallecimiento de Eduardo Ossandón Silva, nuestro artista pictórico que logró una admirable y productiva labor creativa de miles de pinturas que hoy se exhiben en museos, salas de exposiciones y colecciones particulares del país y el extranjero, obteniendo mucho antes de su partidaun lugar indiscutible en la historia de la pintura chilena.
En la actualidad, un joven inquieto o turista descubre por ahí el escudo de Rengo y pregunta a un parroquiano que le parece instruido,y éste le informa que “fue realizado por el famoso pintor isleño Eduardo Ossandón, quien participó en un concurso público de diseño de un escudo para la comuna, y él lo ganó. Sus pinturas si las quiere conocer están en dos libros del pintor en la Biblioteca Municipal y muchas otras colgadas en alguna pared de las casasde vecinos a quienes el artista regaló o vendió. En la ciudad no existe nada más que lo recuerde, salvo en la memoria de personas de mi edad, y en una tumba del cementerio Parque Rengo.”
El autor del presente comentario inició con la muerte del pintor una personal campaña de investigación y difusión de su obra artística y su vida dedicada por completo al arte, siendo acogido cariñosa y generosamente por los familiares más cercanos del pintor, sus primos que fueron en la realidad sus “queridos hermanos”: Juana (Juanita para sus amigos), Francisca, Gladys, Inés y Hernaldo Silva Céspedes; su compadre Alberto Yamada, hijo, y dos fieles amigos del artista que como educadores lo valoran y han difundido su obra y vida, Luis Vera Orellana queal fundar y asumir como director del Colegio Asunción, recibió de su amigo pintor el regalo para su establecimiento educacionalde un conjunto de 20 obras que han sido expuestas de manera permanentemente en las salas del colegio como fue el deseo del artista,yJuan Soto Pizarro, profesor e historiador que ha incluido reseñas del pintor en las páginas de susvaliosos libros publicados acerca de la historia de Rengo.
Eduardo a pocos días de nacer un 11 de julio de 1929 en Santiago, es trasladado a la casa de sus abuelos enla Isla de Rengo,quienes lo acogieron como un hijo y lo crecen junto a sus tíos y primos en un sencillo hogar de campo.El entorno familiar y el vínculo diario con la naturaleza marcaron a fuego la vida del niño,convirtiendo el paisaje, los objetos humildes y cotidianos de su existencia en la temática casi única de sus pinturas, que él mostró con humildad y orgullo en todo Chile y el extranjero. Siendo ya un pintor reconocido a nivel nacional e internacional, declaró:«El campo me marcó definitivamente. No hay una noche que no sueñe con ese paisaje, con la casa de mis abuelos y con el callejón donde vivíamos. Me fascinaban los bosques, los árboles y el río.Como buen hijo de provincia campesina, traslado a la tela todas aquellas vivencias que habitan en mi interior desde la niñez. Nací, prácticamente en Rengo, y en los campos de su entorno se empapó mi alma de pintor de sus formas, luces y colores. Siempre viví cerca del río, al lado.”
Eduardo Silva Céspedes, como se le inscribió en la Escuela Mixta N° 4 de la Isla de Rengo, donde a los siete años dibuja y pinta su primera obra que sorprende a todos, etiquetándolo sus compañeros y la profesora comoel pintor del curso y rápidamente fue conocido en toda la escuela, fama que creció durante sus estudios en el Liceo de Hombres de Rengo,lo que reafirmó su vocación artística y autoestima, declarandomás tarde que esa etapa de su existencia fue para él “la época más feliz de mi vida”.
En esos años de estudios secundarios el joven Eduardo tuvo la fortuna de tener como profesor de historia y literatura a don Rafael Ossandón y González, quien reconoce el inmenso talento artístico de su alumno y su pasión por la lectura, vislumbrándoleunpromisorio futuro, por lo que decide apoyarlo. El joven, en sus últimos años de estudios en el Liceo proyecta, dada las escasas condiciones económicas, postular a la Escuela Normal Abelardo Núñez para formarse como Profesor, donde le exigen sus documentos personales al día,pero él desconoce el nombre de su padre, por lo que decide viajar a Santiago con el fin de preguntarle a su “madre” por el nombre de su padre. Esta, quien jamás le había declarado ser su progenitora le señaló un nombresolo para salir del paso. El muchacho fue donde el supuesto padre, recibiendo como respuesta que éste desconocía a la citada mujer, por lo que él no era su padre. Entonces, Eduardo, regresa donde su profesor y éste le propone que acepte su apellido. Desde ese instante, el joven pasó a llamarse oficialmente Eduardo Ossandón Silva.
Entonces, ahora el muchacho tranquilo y feliz ingresa a la Escuela Normal Abelardo Núñez donde se titula de Profesor, pero para cumplir su sueño ingresa a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde obtuvo el título de Profesor de Artes Plásticas. Luego asume como Profesor en la Universidad Austral de Valdivia, Profesor de pintura y dibujo en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile y Director del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile.
Como pintor realizó cientos de exposiciones individuales, nueve veces en el extranjero con exposiciones en Venezuela, Madrid y Estados Unidos. Sus obras se exponen en el Museo de Arte Contemporáneo de Chile, Pinacoteca de la Universidad de Concepción, Museo de Arte Moderno de México, Colección Fundación Ford (U.S.A.) y en otras colecciones privadas de América y Europa, sintiéndose él como auténtico embajador de su Isla de Rengo porque sus pinturas reflejaban sólo su patria chica.
Obtiene más de 20 distinciones y premios en salones oficiales de pintura en diversas ciudades del país. Viaja a España, Francia, Venezuela, Alemania, Austria y Holanda. El Alcalde de Rengo don Héctor Aliro Molina Ferreira lo distingue nombrándolo Hijo Ilustre de Rengo.
Los amigos del pintor le llamaban con afecto “El Huaso Ossandón”, entre éstos el dramaturgo Luis Rivano, que le escribiera el prólogo para su libro “Contrapunto”, escribió: “El Huaso Ossandón posee una sencillez que emociona y una tenacidad artística a toda prueba. Sencillez y tenacidad, dos virtudes enteramente campesinas”.
Eduardo Ossandón Silva, que brillara durante décadas en las altas esferas del arte de la pintura nacional,fue valorado por los más exigentes críticos de arte de nuestro país y el extranjero, entre ellos Sergio Montecinos, Pedro Lobowitz, Antonio Romera, Ricardo Bindis, José María Palacios, Víctor Carvacho, Federico Robles (Español), Oscar Rojas Jiménez (Venezolano) yRaymundo Ernst, Doctor en Historia del Arte de la Universidad de Salamanca, España, entre otros.
En este afán de difundir la obra y vida de nuestro pintor, quien escribe esta nota, ha publicado varios artículos para “Rengo en la Noticia” gracias al apoyo y estímulo de su director don Pedro Antonio Veas Sanfurgo. Así también en conjunto con Luis Vera Orellana, hicimos realidad una valiosa exposición de las veinte pinturas donadas por Eduardo Ossandón al Colegio Asunción en el Teatro Municipal de Rengo, lamentablemente a la semana se debió cerrar la exposición a causa de la ausencia de garantías en el cuidado de los cuadros de parte del municipio.
La otra significativa actividad consistió en presentar a la comunidad renguina del único documental audiovisual existente en el país sobre el quehacer pictórico de Eduardo Ossandón, el cual se encontraba extraviado pero,tras una búsqueda de varios años, gracias a la valiosa gestión de Juana Silva Céspedes y su hermana Inés, se pudo rescatar y copiar, exhibiéndose en la Biblioteca Municipal Luis Zárate Pérez de Rengo con asistencia de connotados amigos y admiradores de la obra pictórica del artista, dejando como regalouna copia a la Biblioteca de este valioso patrimoniocultural quedando allí para ser visto por toda la comunidad renguina.
Manuel Gallegos Abarca, Escritor.