La terapeuta ocupacional del Hospital de Coinco, María Elena Honorato nos aclara su importancia y cómo tratarla en caso de sufrir señales de pérdida de movilidad.
Situaciones como saludar con un apretón de manos, dar una caricia o lavarse los dientes son tan cotidianas que a veces perdemos la perspectiva de lo difícil que sería no poder hacerlo. Es por esto que la terapeuta ocupacional del Hospital de Coinco, María Elena Honorato, nos recuerda que existe un Día Mundial de la Rehabilitación motriz el cual refuerza la idea “de que las personas que están en situación de discapacidad puedan tener acceso a tecnologías y todos los programas de rehabilitación que puedan ayudarlos a alcanzar su mayor potencial posible en el día a día”.
Al ser consultada respecto a cómo afecta la motricidad en nuestra vida, la profesional destaca que “es demasiado importante porque el cerebro tiene la capacidad de sentir y de mover, entonces si nosotros tenemos alguna afectación física que no nos deje sentir va a ser muy difícil que yo me mueva, aparte que el movimiento tiene una condición de funcionalidad. Yo me muevo para ir al baño, para ir a cocinar; necesito mover mis manos y también tiene un componente expresivo. Tiene que ver también con la creatividad de mis manos, si yo soy una persona que le gusta pintar, bordar, cantar, bailar, siempre voy a necesitar mi cuerpo y también la parte afectiva, cuando yo le hago cariño a alguien, necesito también de mi cuerpo y del movimiento”.
La funcionaria revela que existen algunas señales que pueden significar pérdida de motricidad, como por ejemplo “cuando yo siento débil una parte de mi cuerpo, sin alguna razón aparente o un adormecimiento, eso es una señal indiscutible de que algo nos está pasando a nivel cerebral, porque no se están nutriendo esas neuronas que mandan la señales para que yo me mueva y eso es motivo de consulta inmediata en el Servicio de Urgencia”.
En su rol de terapeuta, María Elena nos aclara que “dependiendo del diagnóstico que tenga la persona siempre va a haber algo que hacer, el hecho de que la persona tenga una condición que sea crónica o que sea aguda y a lo mejor se va a pasar, no quiere decir que yo no pueda hacer algo. En ese sentido siempre es importante la movilización precoz de manera pasiva, es decir la persona terapeuta, kinesiólogo o un tercero pueda ayudarme a mantener los movimientos porque así yo mantengo las articulaciones hidratadas, evito retracciones o que los músculos queden duros, lo que provocaría un dolor posterior. Entonces es muy importante en los primeros momentos, empezar a hacer movilizaciones pasivas y después a medida que yo voy recuperando mi fuerza muscular pueda activamente acompañar estos movimientos hasta que ya los pueda hacer solo”.
En la misma línea, la profesional profundiza que “también esto se sugiere en las personas que van perdiendo la capacidad de moverse, como son adultos mayores que caen en situación de dependencia severa, a veces pensamos que lo mejor es dejarlos en la cama y que no se muevan, eso es lo peor porque los músculos pierden fuerza. Ahí yo puedo ayudar o asistir con movimientos suaves porque si no genero dolor, genero rigidez, más inflamación y eso es terrible”.
Finalmente, María Elena explica que “en el Hospital de Coinco contamos con kinesiólogo, terapeuta ocupacional y una fonoaudióloga que se dedican más al trabajo desde la rehabilitación. Siempre el enfoque es para que la persona pueda lograr hacer sus cosas, es importante que las personas sepan que antes necesitan una derivación de médico que determine el número de sesiones o cuál es el objetivo de esta rehabilitación motriz”.