El 18 de octubre marcó un antes y un después en nuestra historia reciente, de eso no hay dudas; y hablar de tiempos de incertidumbre parece ser la tónica actual.

Buscando nuevas voces en medio de esta crisis social, en Fondo Esperanza hemos trabajado en terreno para conocer las opiniones de las emprendedoras que participan de nuestro servicio, y allí vemos que no es la incertidumbre lo que más aparece, sino sentimientos como esperanza, miedo o rabia. Observamos de frente que, para ellas, el estatus quo de nuestra sociedad en “vías de desarrollo”tambalea y empieza a aparecer la inestabilidad, fomentada por manejos políticos y económicos que terminan afectando, como siempre, a los más vulnerables.

Paula Silva Subgerente Zona Biobío Fondo Esperanza
Paula Silva
Subgerente Zona Biobío
Fondo Esperanza

De acuerdo al Panorama Social 2018 de la CEPAL, en Latinoamérica los grupos más vulnerables son los pueblos indígenas, los niños y las mujeres. En consecuencia, son ellos los primeros que resentirán la convulsión de una sociedad abatida por las inequidades.

Ante esto, desde Fondo Esperanza hemos trabajado por décadas junto a mujeres de los sectores vulnerables para demostrar que el emprendimiento es un camino que puede ayudar en la construcción de un mejor futuro, impactando en su calidad de vida y la de sus familias. Creemos que la promoción de herramientas para la gestión de un negocio y el empoderamiento personal, si bien no son la respuesta a todas las inequidades, sí abren una puerta a varias de esas oportunidades que les han sido negadas. Un compromiso motivador si consideramos que gran parte de los hogares monoparentales en Chile están liderados por una mujer (77% según CASEN 2017).

En la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, nuestra invitación es a promover el emprendimiento femenino como motor de desarrollo para nuestra sociedad, para que el nuevo Chile cuente con mujeres empoderadas y líderes de sus economías locales.

 

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